No sé hasta que grado dejaré que me afecten las letras que no dejan de pasearse frente a mi mente, o a mis ojos e incluso los de los demás. Y esa actitud que odio en mi mismo y más en los demás, especialmente en tí, mejor abrázame, suéltame y ándate lejos, intenta no mirarme ni acercarte, o mírame para hacerlo yo también y actuar indiferentemente.
Y no cabe duda que haberse guardado las gotas saladas que dejan un color rojo me está pasando la cuenta, y quizás hasta que punto, quizás de que manera provocaré molestia en tí, o en tí, o en todos, pero no importa porque a mi también me molestas, no me gusta tu manera de mirarme ni de hablarme ni de ser simpático, o simpática.
Es una de esas veces en las que respirar, botar, respirar y botar realmente sirve, pero serviría mucho más irse, desaparecerse de ahí y quedarse dormido lejos, para desmorarme en volver.
3 comentarios:
Me copiaste la plantilla del blog.. ves que era lindo?
oye, te quiero, aunque andemos con la regla y raritos e idiotas.
ya tu saes.
Al parecer es la fecha, los días, el sol la luna o las antenas de celular las que nos hacen mal... tenemos a pendiente... te llevare una papa para q la mastiques..
(L)
escribe aaalgo po pabliiiii, tan botado q tienes el blog
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