Me dijiste que estaba sordo

es fácil y rápido de explicar, pero no lo sé hacer así. luego de un par de días de despertarse con esos ojos pegados y sin saberlo dirigirse al lugar y dejar caer agua tibia que esperamos despegue los ojos. pucha que es frustrante cuando la cara sigue igual que al despertar, pero con el pelo mojado.
casi por inercia cerré puertas y ventanas, tomé las llaves y lo necesario para salir, caminé al paradero y me sigue un personaje que me incomoda al que prefiero evitar, pero es imposible porque los destinos son los mismo. también una vecina (que está loca, pero no importa porque saluda sonriendo) que camina extraño y se vá rápido.
con seis ojos y la melodía en la cabeza me siento y dejo pasar dos de las que me servían, pero por motivo desconocido no me importó, solo me quedé esperando a que una me invitara a subirme a ella. luego entre conversaciones con respuestas que no se pensaron se hizo mas rápida la espera (gracias tía martita) y corrí al asiento más comodo. se sento al lado un hombre gigante con cara de enfermo y no es de malo, de verdad lo estaba su mamá lo hacía notar.
lo que sigue es una serie de sucesos estúpidos sin importancia, con sushis, té verde y bocaditos 7 por $500 y discuciones por calor y mucha ropa y sol y sudor, sal y azúcar, nubes y europeos, alteraciones en la ionósfera y nada mas.