Gritos desesperados a tu oído ciego.

Fue mucho ya, no crees? Ahora hay que llorar, no pedir más, y yo lloro porque teníamos algo tan especial, tuve algo escondido ahí donde las manos no alcanzan a llegar ni siquiera el olor se puede sentir, y ya no pudo más y se cayó y reventó en el suelo, pero nadie quiso recogerlo y armar sus piezas sensibles, es pegamento débil ya no es suficiente, ya no es necesario.
Ahora no quiero compartir esos metros contigo si estás acompañado, no quiero.
De mí ya salieron palabras y gotas que en su momento parecieron ser correspondidas, ahora son inútiles pues lo demostraste todo. No doy más.
Tu invitaste a alguien a este pequeño espacio, y nos asesinó de la manera que mejor lo sabe hacer. Volvió a asesinarme, tu dejaste entrar al enemigo a este jardín de arenas saladas.
Espero, en serio espero, que tal vez en otra galaxia nos volvamos a encontrar tu y yo solos, podamos disfrutar de la música pero ahora no me apuñales, por favor, porque me duele.

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