no quieres que te hable más de la humedad.

Ya noviembre, pero con lluvias que acompañan desde el amanecer caluroso con cuerpos curiosos (te quiero).
Han pasado infinitas nubes sobre nuestro panorama deforme de tardes y noches claras. Estrellas que se aburrieron de ver siempre episodios tan extraños, se aburrieron y prefirieron explotar. Y el cielo prefirió nublarse para que los rayos no sean tan egoístas, y el agua alimente la sed de tantos animales (tan salvajes, tan inconsecuentes).
Es por eso que guardo mi alma y lo material en la carreta de sal y parto a la selva. Yo solo trataré de construirla en ciudad para darle el mismo espectáculo a las estrellas, que siempre estés a mi lado aunque no nos guste.





No hay comentarios: