Soñé con la costa imaginaria llena de especies mágicas, estaba repleto de esos seres que me abandonaron. En sueños volvía y lo siento, no puedo evitarlo. Eran cerros verdes y gatos parlantes, un mar azul lleno de turistas ansiosos por el cielo del verano, que no existe, un paisaje que de la mano conocimos y recorrimos.
Tal vez en ese lugar quede aún un poco de lo perdido ahora.
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